Peligros de conducir por carreteras heladas
Conducir en condiciones heladas plantea muchos peligros y es la principal causa de accidentes de coche en los meses de invierno. Con la mayor probabilidad de formación de hielo negro en las carreteras, los conductores deben extremar la precaución y ser conscientes de los peligros potenciales.
Sólo en EE.UU., las condiciones heladas de las carreteras son responsables de cerca del 12% de los accidentes de coche. Las carreteras heladas son especialmente arriesgadas porque son difíciles de detectar y crean condiciones de conducción impredecibles. El hielo negro, que es la forma más peligrosa de las carreteras heladas, es casi invisible a simple vista y puede hacer que un vehículo patine fuera de control. El hielo negro es una fina capa de hielo transparente que se forma en la superficie de la carretera, a menudo tras una ligera nevada o una helada.
Disminución de la tracción
Uno de los mayores peligros de conducir por carreteras heladas es la disminución de la tracción. Las carreteras heladas ofrecen una tracción significativamente inferior a las carreteras secas, lo que hace más difícil a los conductores girar, frenar o arrancar correctamente e impedir obstáculos en la carretera. Esta falta de tracción puede hacer que los conductores deslicen sus vehículos, o incluso que derrapen, lo que dificulta la evitación de una colisión.
Disminución de la visibilidad
Las carreteras heladas también pueden reducir la visibilidad del conductor. Además de la niebla y la bruma que pueden formarse sobre la carretera, la reflectividad del hielo puede provocar un resplandor que disminuye la capacidad del conductor para ver lo que hay delante. Esto puede ser especialmente peligroso con el hielo negro, ya que es casi transparente y casi imposible de detectar. Cuando los conductores no pueden ver el peligro que tienen delante, corren un mayor riesgo de chocar.
La velocidad de impacto
La velocidad también es un factor importante a la hora de conducir por carreteras heladas. Cuando un vehículo se desplaza a mayor velocidad, aumenta la probabilidad de que el conductor pierda el control. Además, cuando un conductor circula demasiado deprisa para las condiciones de la carretera, reduce su capacidad de detenerse o girar con seguridad. Esto puede provocar la pérdida de control y aumentar el riesgo de sufrir un accidente.
Cómo mantenerse a salvo
A pesar de los peligros, a veces es necesario conducir por carreteras heladas. Si tienes que aventurarte a salir, hay ciertas precauciones que puedes tomar para minimizar el riesgo. En primer lugar, asegúrate de que tu vehículo está bien mantenido y en buen estado de funcionamiento. Esto puede ayudar a garantizar que pueda hacer frente a las condiciones de la carretera. A continuación, los conductores deben circular por debajo del límite de velocidad y mantener una mayor distancia de seguimiento para disponer de tiempo de sobra para detenerse. Evita sobrevirar y frenar bruscamente. En caso de que el vehículo empiece a deslizarse, gira en la dirección del patinazo y pisa suavemente el freno en un movimiento de bombeo. Ten cuidado con las zonas de la carretera en sombra, ya que suelen contener hielo. Además, lleva un equipo de supervivencia en el coche en caso de emergencia. Debe incluir artículos como una linterna, mantas, un botiquín de primeros auxilios y aperitivos no perecederos.
En resumen, conducir por carreteras heladas conlleva peligros importantes y es más probable que cause un accidente. Los conductores deben asegurarse de que su vehículo está bien mantenido y extremar las precauciones al conducir en condiciones de hielo. La mejor defensa contra las condiciones de las carreteras con hielo es quedarse en casa hasta que éstas estén despejadas.
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